domingo, 14 de octubre de 2018

3 increíbles proyectos de reforestación + 12 tips para salvar árboles






Imagen de portada de Robin Wood: Creada para la campaña de sensibilización lanzada por la ONG alemana y denunciar así, los efectos letales de la deforestación masiva.

Los árboles desaparecerán del planeta en 300 años

Debo confesar que los árboles son uno de los seres vivos que más sentimientos despierta en mí.

Siento que son como los guardianes gigantes de la Tierra que nos protegen. Algo así como los Ents de la película “El señor de los anillos”

Aunque no solamos reflexionar sobre ello, la función que tienen los árboles en nuestro planeta es mucho más profunda que la de proveernos de papel.





Aún así, la actividad humana es una de las principales responsables de la desaparición de los bosques y selvas, la cual nos ha llevado a padecer el famoso y temido cambio climático. Ganadería, agricultura, tala insostenible, plantaciones de pulpa de papel, urbanización y construcción de infraestructuras, minería… Y por otro lado está la deforestación por causas naturales como incendios, catástrofes, enfermedades y plagas que atacan los árboles… Aunque dichas causas, sólo representa un 5% de la deforestación mundial.

Un estudio publicado en la revista Nature en 2015 indicó que desde el comienzo de la civilización, el número de árboles del planeta se ha reducido en un 46%, casi la mitad de lo que había en el origen.

Según el estudio, en la actualidad hay unos 400.000 millones de árboles, que se traducen en unos 422 por persona. Pero debemos tener en cuenta que cada año estamos perdiendo unos 15.000 millones de ejemplares.

De continuar con este ritmo de destrucción, en 300 años los árboles desaparecerán de la Tierra. Thomas Crowther, investigador de la Universidad de Yale (EE UU) y primer autor del estudio dijo: “Ese es el tiempo que queda si no hacemos nada, pero tenemos la esperanza de que podremos frenar el ritmo y aumentar la reforestación en los próximos años para aliviar el impacto humano en los ecosistemas y el clima”.
HAY ESPERANZA: 3 Increíbles proyectos de Reforestación

A pesar de que los datos no son muy alentadores, lo cierto es que hay esperanza. Son muchos los proyectos de reforestación que se están llevando a cabo en el mundo, por eso te hablo de tres increíbles proyectos que me encantan.


1. La Gran Muralla Verde de África

En el 2007 se puso en marcha el proyecto de reforestación de La Gran Muralla Verde, impulsado por 11 países de la Unión Africana que busca mitigar los efectos del cambio climático y ayudar a los agricultores locales, construyendo una muralla verde de 7.500 km de largo y 15 km de ancho entre Senegal y Yibuti.

Esta muralla tiene el objetivo de evitar que el desierto siga avanzando e invada más terreno, ya que cada año, la desertificación aumenta en 1,5 millones de hectáreas en los países del Sahel.



vídeo de BBC Mundo

He tenido la oportunidad de hablar con Eva Sebastià, licenciada en ciencias ambientales y máster en ingeniería de recursos naturales, que ha participado como voluntaria los últimos 4 años en la Gran Muralla, en Senegal.

Tenía mucha curiosidad por saber cómo se vive en persona un proyecto así ¡y quién mejor que ella para contarnos! ¡Muchísimas gracias por compartirlo con nosotros!

¿Cómo es un día allí?

Nos alojamos en tiendas militares y nos levantamos a las 5 de la mañana cuando todavía es de noche. Hacemos un poco de ejercicio para despejarnos bien, desayunamos, nos proveemos de agua y alimento para todo el día, y caminamos una media hora hasta la zona de reforestación. La fuerza y la alegría se respira en el ambiente.

El objetivo es plantar 1 hectárea y media por persona, el mismo tamaño que tendría un campo y medio de fútbol. Son casi 200 voluntarios de África y Europa los que participan, por lo que la idea es reforestar en 4 días unas 288 hectáreas.

Cada día nos organizamos por grupos y por labores repartidos en 15 surcos. Unos hacen el agujero, otros reparten los árboles y el resto se dedica a plantar el árbol dándole las gracias y animándolo a crecer. La temperatura suele ser superior a 40º y cuando estás de rodillas, notas como el suelo arde.

Normalmente plantas muy animado ya que has invertido tu dinero y tu tiempo para estar allí en ese momento de tu vida, así que siempre estás motivado a trabajar. Pero cuando ya llevas 3 días bajo el sol, sudando sin parar y exhausto, a veces dudas. Dudas cuando ves una plantita con 4 raíces y la entierras bajo un poco de arena (como la de la playa) que está caliente, porque lo notas en tus rodillas, y piensas que no es posible que sobreviva… Y por unos instantes te desmoronas y te sientes granito de arena en ese desierto. Hasta que por suerte, te viene a la cabeza ese árbol que se plantó hace 10 años atrás y ves que era como la planta que tú tienes en frente. Así que de allí sacas tus últimas fuerzas para seguir plantando y dejar que la sabia naturaleza le dé una larga vida a ese pequeño árbol.

Me gustó mucho su reflexión final porque pienso que es una actitud clave, que todos los que luchamos por un mundo mejor, debemos tener y mantener. La mayoría de las personas pasamos por esos momentos en los que nos sentimos insignificantes y creemos que lo que hacemos no sirve para nada, pero hay que mantener la esperanza, echar la vista atrás y ver cuánto camino hemos recorrido y hasta donde hemos llegado. Así que ¡adelante! continuemos perseverando y confiemos en que lo que sembramos hoy, lo recogeremos en el mañana.

Y si no que se lo digan a Jadav Payeng (Forest Man), un hombre que plantó un árbol cada día durante 37 años y consiguió crear un bosque en tierra árida y sin ayuda de nadie, de unas 550 hectáreas, casi dos veces mayor que el Central Park de Nueva York. Aquí puedes conocer su historia.


2. Corea del Sur: “convertir la tierra árida en una nación verde”


Tras la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil, una buena parte de los bosques de Corea del Sur quedaron arrasados. En 1963, el presidente Park Chung-Hee inició un programa de reforestación y se comprometió en la recuperación de los bosques degradados. Así, en tan sólo 50 años, consiguió que a día de hoy, el 60% de Corea del Sur esté cubierto por bosques.

¿Cómo lo consiguió?

Dictó políticas estrictas para la protección de los bosques y declaró la tala ilegal como un delito serio.

Lanzó una campaña pública para promover la siembra de árboles como “un acto de patriotismo”.

Pidió a las comunidades locales que lideraran la siembra a lo largo de un millón de hectáreas y animó a sus pobladores a construir viveros y vender sus plántulas al programa de reforestación.

Park Chung-Hee declaró a la reforestación como primera prioridad nacional y convocó a todos los ciudadanos para que contribuyeran con el objetivo de “convertir la tierra árida en una nación verde”. Esto ha hecho que desde los años 50 se hayan plantado 11.000 millones de árboles.

El éxito de la reforestación residió en la fuerte cultura comunitaria que tienen en Corea del Sur, donde los bosques se consideran recursos comunes y lugares sagrados.


3. Récord de Reforestación en la India


El 2 de julio de 2017, como parte de una campaña ambiental, India estableció un nuevo récord guinness de reforestación. 1,5 millones de voluntarios, entre ellos niños y ancianos, plantaron más de 66 millones de árboles en 12 horas. ¡Un hecho histórico! teniendo en cuenta además, que en la India ya se han establecido varios récords guinness de reforestación con anterioridad.

La India se ha comprometido a aumentar sus bosques en 95 millones de hectáreas en 2030, en el ‘Acuerdo de París’, ya que la deforestación es un problema cada vez mayor.

Sin duda, proyectos como estos mantienen viva nuestra esperanza, dejando claro que la voluntad, la unidad y el compromiso derrumban cualquier barrera y hacen que podamos conseguir cualquier objetivo que nos propongamos.

Están los grandes proyectos, y también los hay a pequeña escala, como programas de reforestaciones impulsados por pequeñas ONG’s o grupos de voluntarios. Lo importante es que ‘nos estamos moviendo’ y la suma de todos desembocará en un mundo mejor.

12 ideas para reducir el uso del papel y salvar árboles
Dentro de nuestros pasos hacia una vida más sostenible y respetuosa con el entorno, está también el reducir en la medida de lo posible, el uso del papel con pequeños gestos.

Por suerte tenemos a Nonoa que nos da ideas de qué cosas podemos hacer para alcanzar nuestro objetivo.




Otras ideas más allá del papel
Comprar muebles de segunda mano (si los necesitamos).
Optar por el bambú antes que por la madera ya que el bambú crece hasta 4 veces más rápido, brota cada año de manera natural, absorbe más CO2, y además es más resistente y duradero.
Utilizar el buscador de internet ‘Ecosia’ que planta árboles con las búsquedas que hacemos…

¿Nos das más ideas?

Fuente: https://ecoblognonoa.com

Los nuevos transgénicos cada vez mas inhumanos

por Jorge Ramos
26 Agosto 2018
del Sitio Web EscritosDeJorge

 
Imagen: www.mipielsana.com 



Muy atrás quedaron aquellos años en los que se podía degustar un buen tomate con sal o devorar una dulce tajada de sandía, extraerles las pepitas y sembrarlas en nuestro trocito de huerto que teníamos en el pueblo o en la jardinera de casa.

Ver pasar los días y comprobar que aquellas semillas germinaban para luego volver a disfrutar de sus frutos era una verdadera delicia.

Sí, esos tiempos ya pasaron. Ya nada es lo mismo...

Si siembras las semillas de las hortalizas que compras en los supermercados comprobarás desconcertado que aquellas no producen absolutamente nada, por muy cuidadas que las tengas; da igual el abono, la orientación del sol o en la temporada que las plante.

Probablemente crezcan imponentes, frescas, verdes, preciosas, pero jamás te darán un fruto. No, y no es porque seas un negado o negada para las plantas, es por algo mucho más retorcido e inmoral.

Se trata de algo sin ningún tipo de escrúpulos, de lo que el hombre es capaz de hacer, del funcionamiento de nuestro sistema capitalista que lucra a los dueños de las grandes corporaciones con el diseño transgénico de los alimentos.

Sí, porque ahora la naturaleza tiene dueños que disponen de ella a su capricho y antojo. ¡Díganme ustedes si esto no es retorcido y está desprovisto de cualquier mínimo de ética!

Y es que todos somos responsables, la mayoría de veces sin darnos cuenta de lo que consumimos, otras por falta de conocimiento, y otras porque nos gusta mirar para otro sitio, porque otra cosa no, pero vagos por naturaleza somos un rato.

Queremos que las cosas se arreglen ya, pero no hacemos nada al respecto. Sí, sí, no me miréis con esa cara, somos de alguna manera participes de ello, de cualquier problema que pueda surgir en el mundo.

En estos momentos es probable que estéis pensando en que soy otro de esos que desaprueban rotundamente el diseño genético de los cultivos. No, señores, no. Créanme que no soy de esos.

De hecho, lo creo necesario en los tiempos que vivimos. Es obvio que la propia naturaleza, a lo largo del tiempo, ha realizado su propia hibridación entre especies, modificando su genética para adaptarla a los nuevos cambios atmosféricos o planetario.

Esto es una certeza absoluta en innegable, incluso en los propios animales, y por supuesto en nosotros mismos, aunque de esto último habría mucho de qué hablar, tal vez para extenderme en otro tema más adelante.

Pero hoy lo que nos ocupa son las plantas y su modificación genética artificial por corporaciones insensibles, y yo diría que hasta psicópatas.

No, no estoy en absoluto en contra del diseño genético en la alimentación que nos ofrece la madre Tierra, siempre y cuando sea en pleno beneficio para todos. Y cuando digo "todos" es TODOS. Incluida la propia planta...

Y es que intervenir en su genética y desproveerle de su propia naturaleza para que no puedan polinizarse entre ellas mismas y procrear es verdaderamente una idea enfermiza, propia de, como referí en el párrafo anterior, auténticos psicópatas.

Con este inhumano acto están consiguiendo exterminar las especies, detener su evolución, y que tengamos que depender de ellos para siempre:

de sus semillas, fertilizantes, plaguicidas y herbicidas químicos...

Sólo por el puñetero 'interés económico'...

En mi opinión esto tiene un adjetivo:

DEMENCIAL.

Esta pasada primavera quise hacer yo mismo un experimento con verduras que compré del supermercado más cercano.

Las consumí, pero antes les extraje las semillas para posteriormente plantarlas. Seis fueron las plantas de tomates y otras seis de pimientos, perfectamente regadas y cuidadas tal y como sugieren los maestros del campo.

Esperé al verano y, el resultado, como comenté, fue realmente frustrante y desolador.

Según me informé, con esa pequeña cantidad de plantas, debieron darme algunos kilos de tomates y bastantes unidades de pimientos, tantos como para casi alimentarme todo el verano. Tristemente, apenas recogí una minúscula muestra.

Tan sólo pude deleitarme con aquellas preciosas flores amarillas (tomates) y blancas (pimientos) mientras estuvieron frescas, que posteriormente se secaron y cayeron al suelo.

De modo que aquel experimento sólo me confirmó lo que ya sabía:

si quieres conseguir una cosecha medianamente generosa, deberás bajar la cabeza y entrar por el aro, un aro que a cada poco tiempo ponen más y más grande, hasta que llegue el momento en que ni tan siquiera te des cuenta de que estás entrando por él.

Nuestros descendientes lo creerán normal, y serán sometidos a sus actividades puramente corporacionistas sin protestar.

Como decía, para un cultivo decente, tendrás que adquirir las semillas que ellos mismos diseñan genéticamente y que únicamente podrán crecer sanas con sus propios fertilizantes creados en sus laboratorios.

Esto, o simplemente tendrás que conocer a alguien que guarde sus propias semillas de antaño y te quiera ceder algunas; o, encontrar en tu localidad una tienda en donde vendan 'semillas ecológicas'.

¡Semillas ecológicas...!

¿No es absurdo?

¿Desde cuándo las semillas han tenido que ser ecológicas?

¿Estamos arrebatándole la "ecología" a la propia naturaleza?

¿La naturaleza no es de por sí ya ecológica?

¿No es todo esto incongruente?

¿Estamos volviéndonos locos?

No quiero extenderme mucho más con este indignante tema.

Pero vuelvo a repetir, estoy a favor de la modificación genética, de su estudio, si es para hacer de esta práctica un uso racional, moral y ético, actuando siempre en conciencia y en pos de la evolución.

Nosotros, los consumidores, somos los únicos que podemos cambiar el rumbo de las cosas, desde abajo, criticando el uso malintencionado, protestando, informando a los que tenemos a nuestro alrededor de todo ello, y, por supuesto, obligando a las autoridades a que sean cada vez más consecuentes en las políticas de alimentación, salud y todo lo 
que tenga que ver con la naturaleza.

Hago este llamamiento a los organismos competentes para que reflexionen sobre este importantísimo problema que nos atañe. Nuestros hijos y nietos lo agradecerán.

No consumas alimentos que no sean producidos bajo esta comprensión. Tomar conciencia de ello es cuestión de todos...